Con el fin de evitar los frecuentes accidentes provocados por las altas presiones de las calderas, el religioso escocés Robert Stirling inventó un tipo de motor que carecía de caldera y funcionaba únicamente por el calor que se aplicaba directamente en la zona adecuada, sin necesidad de caldera. El pistón se traslada desde la zona caliente a la fría, produciendo trabajo.
Este invento de 1816 se está ensayando de nuevo en las zonas cálidas de Almería, utilizando el calor del sol como zona caliente para obtener energía.