En las primeras fábricas movida a vapor, un solo motor movía todas las máquinas a través de un largo eje que recorría toda la instalación y al que se acoplaban todas las máquinas necesarias por medio de largas correas que permitían acoplar el giro según conviniera.
Esta enorme máquina se empezó llamando de viga porque una gran viga hacía de soporte al balancín que accionaba el volante